jueves, 9 de agosto de 2012

Capítulo 6

Por más que le daba vueltas no conseguía encontrarle ninguna lógica. ¿Para que enviarme allí si solo me iban a someter a una prueba? Y encima a una prueba relativamente fácil.
Tras pensar durante un buen rato las únicas razones que se me ocurrieron fueron:
  1. Que pensaron que la prueba era demasiado dura para mí y querían asegurarse de que antes de intentar superarla estaba realmente preparada.
  2. Que había algo que no querían que yo viera. 
La primera opción me parecía una estupidez pero la segunda era aún más descabellada, el programa dispone de la última tecnología para garantizar la máxima seguridad, ¿que podría haber pasado que fuera tan grande como para no permitir a una concursante verlo? 
Sea lo que sea tenía que intentar que no se notara que me había dado cuenta de que algo iba mal. Cuanto menos supieran los concursantes mejor, yo tenía que ser una concursante más, la concursante ignorante y desmemoriada. Si no ¿quién sabe? Podrían volver a borrarme la memoria. Aunque creo que eso sería en un caso extremo, les convenía que recordara algo del programa.
Seguí acostada en la cama. Cerré los ojos y finjí estar dormida. Seguro que había cámaras. Todo debía parecer normal. Yo debía parecer la chica triste y cansada del programa. Cuando menos me conocieran mejor. Aunque me conocerían mas que yo misma. Yo solo sabía mi nombre. Ni siquiera había podido ver que aspecto tenía. Solo sabía que era blanca de piel, más bien pálida y que mi pelo era negro y ondulado.
No quería llorar. Quería ser fuerte. Iba a sobrevivir por esa familia desconocida. Por esa familia que podría tener si no estuviera aquí.
Estuve un día entero encerrada en mi celda, intentando actuar con la máxima normalidad, intentando olvidarme de esa duda que parecía no querer alejarse de mi mente.
Pero al fin llegaron. Al día siguiente, por la mañana, los guardias vinieron a por mí. Me esposaron y me llevaron a una sala.
La sala estaba vacía. Deduje enseguida que las paredes y el suelo escondían los muebles. No me equivocaba. A mi llegada una gran mesa redonda de hierro salió del suelo, acompañada de una silla del mismo material. Me ordenaron sentarme en la silla. Ellos se quedaron vigilando en la puerta mientras dos hombres entrabas en la habitación y se sentaban en frente de mí. El más mayor tendría unos 40 años. Tenía el pelo castaño y muy corto. Tenía los ojos negros y una barba muy bien cuidada adornaba su cara.
El otro era un joven de veinte a veinticinco años. Su pelo era rubio y corto, aunque algunos mechones largos le caían desordenados cubriéndole la frente. Sus ojos eran grandes de un color azul intenso.
El primero llevaba un traje de color gris metalizado, que, en mi opinión, era más adecuado para una fiesta. El segundo iba vestido con una camisa blanca de botones y unos vaqueros. Parecía que se acababa de levantar y se había puesto lo primero que había encontrado. Además su cara somnolienta reforzaba mi teoría.
Una caja metálica apareció en el centro de la mesa. Una grabadora.
-Señorita Yina, soy el señor Kreek y este es mi ayudante el señor Bain.- dijo el más mayor con total seriedad- ¿Sabe por qué esta usted aquí?
Era una trampa. Me estaba tanteando. Quería saber si sospechaba algo. Bain empezó a apuntar.
-Bueno...supongo que me enviaran a completar mi prueba.
-Sí. Su prueba. El otro día tuvimos que impedir que la completara por motivos de seguridad- ¿seguridad?     ¿Me estaba tomando el pelo?-hubo algunos fallos que tuvimos que arreglar.
-Ah.
-Dígame, ¿vio algo fuera de lo normal? Necesitamos saberlo para hallar el motivo de esos fallos.
Quería que me creyera lo que había pensado al principio: que no creían que estuviera preparada para la prueba. Pero algo me decía que mentían.
-Vi humo, pero suponía que era parte de la prueba.
-Bien. ¿Algo más?
-Sí, creo que sí, hubo algo como una explosión. Pero no estoy segura de si era eso.
Tenía que contarles todo lo que sabía. Si me guardaba información sabrían que sospecho algo.
-Sí, claro, ahí fue cuando falló la prueba. Se descontroló y tuvimos que retirarnos. Pero aún así debemos concluir tu entrenamiento. Falta poco para que comience el concurso.
Genial. Tenía unas ganas increíbles de comenzar a sufrir.
-Tengo cosas que hacer, hay mucho que preparar. Para evitar futuros accidentes con alguna otra prueba le relatará detalladamente al señor Bain cualquier cosa que viera fuera de lo normal.
Si tuviera que hacer una lista de las cosas raras que he visto...
El señor Kreek se fue. Bain se levantó y le dijo algo a los guardias. Al instantes salieron de la sala y la puerta se cerró
-Disculpa es que me ponen nervioso-dijo sentándose.
Se calló. Parecía que esperaba que le contestase.
-Bueno si no te importa, contármelo.
Le conté lo de la columna de humo, la explosión y hasta los temblores en el suelo, que sabía muy bien que las había producido su criatura al andar pero intente parecer ingenua. La conversación seguía quedando registrada en la grabadora y Bain asentía cada vez que terminaba de explicarle algo. Se mostraba tímido, e incluso asustado.
-Bueno creo que yo ya he terminado.
Se levantó mirándome. Sus ojos azules me miraban con compasión y tristeza. Apagó la grabadora.
-Yo...lo siento.
Lo miré con intriga.
-Ojalá pudiera hacer algo. Espero que no me guardes rencor. No puedo impedir que os hagan esto.
Me miró pero, al igual que antes no le contesté. Bajó la mirada y se dio la vuelta para irse.
-Te perdono.
Me miró. Se esforzó por sonreír. Pero no lo consiguió.
Y se fue.



2 comentarios:

  1. Te has superado. Te felicito jaja cada capítulo es mejor que el anterior *___* Y sí, has conseguido ponerme nerviosa cosa que sólo ocurre cuando me interesa mucho una historia ^^
    Ya estoy deseando que empiece el concurso

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  2. Muchas gracias!!!
    No te pongas nerviosa, xd que me da penita jajaja
    Intentare publicar el siguiente capítulo lo antes posible

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